Estimados camaradas:
El ADN del sistema capitalista mundial encierra contradicciones que Marx develara oportunamente y que muestran que llegó a la fase de su decrepitud, momento en que no hay vitamina ni cura capaz de restituir la vitalidad que perdió hace tiempo.
Parte y reflejo de su crisis por caducidad, es la agudización de la lucha de clases y el ascenso de los movimientos populares antiimperialistas en el mundo.
Por cuanto a Nuestra América, el proceso venezolano, esta Revolución Bolivariana, que encabeza el presidente Chávez, marcó el inicio de una nueva fase de ascenso de las luchas por nuestra segunda y definitiva independencia y con rumbo al socialismo, y ha seguido incidiendo con fuerza y para bien, en el acontecer de toda la región.
El proceso venezolano es complejo y contradictorio, no cabe duda; preñado de perspectivas promisorias y peligros enormes, a la vez. En estas circunstancias, la carga de las responsabilidades del Partido Comunista de Venezuela es enorme.
Siendo el partido que encarna y expresa la forma más avanzada de organización de la clase obrera y el pueblo de Venezuela, como lo es, ha de interactuar de manera ágil y certera, sin dogmatismos, con un conjunto de fuerzas objetivamente aliadas en la lucha de la clase obrera y el pueblo frente al enemigo común, el imperialismo, como lo ha venido haciendo.
Pero esas fuerzas aliadas con las que interactúa, son, al mismo tiempo, contrarias a nuestro objetivo histórico: construir una sociedad socialista y comunista. Por tanto, el partido de vanguardia de la clase obrera y el pueblo tiene que actuar con independencia de criterio, ejerciendo la crítica y planteando sus discrepancias frente a los aliados, como lo ha venido haciendo el PCV, con decisión y sabiduría. Defender a los aliados con firmeza, de sus enemigos y hasta de sus contradicciones internas y sus errores, pero al mismo tiempo empujarlos para que avancen, y todo ello sin petulancias.
Gran tarea y gran responsabilidad la vuestra, queridos camaradas venezolanos, que comprendemos y nos esforzamos en seguir con la mayor cercanía posible en vuestro diario batallar, porque vuestro proceso es parte medular del proceso latinoamericano en el que también actuamos los comunistas mexicanos, y vuestra realidad y la nuestra son parte de una sola, la que domina en toda la región latinoamericana y caribeña que, como sabemos, pasó de la dependencia colonial respecto de España y Portugal, a la dependencia neocolonial respecto del imperialismo y que, por eso, no pudo desarrollar sus fuerzas productivas ni sus clases sociales en procesos análogos a los de las hoy potencias dominantes.
Ustedes están hoy ante el desafío de avanzar del actual Estado burgués hacia un Estado Democrático-Popular Revolucionario, que debe emerger como resultado de una revolución protagonizada por una amplia alianza de factores políticos, económicos y sociales, con la clase obrera como vanguardia y fuerza principal, tarea en la que les auguramos la victoria.
Nosotros, en México, estamos un poco atrás. Tenemos un Estado bajo el dominio de una fracción de la burguesía francamente reaccionaria, que se identifica plenamente con el imperialismo, misma que se enriqueció brutalmente con las privatizaciones y otras medidas neoliberales y ha dominado de 1982 para acá. Nuestro desafío actual es el de construir los instrumentos que nos permitan interactuar, sin sectarismos, con aliados que también son inconsistentes, con los que sin embargo luchemos en conjunto por la liberación nacional respecto del imperialismo.
Vamos bien, podemos informarles que hay pasos positivos y perspectivas promisorias; esperamos pronto poder rendir mejores cuentas a nuestros camaradas venezolanos y de otras partes de la Patria Grande y del mundo.
¡Viva el Partido Comunista de Venezuela!
¡Viva el 14º Congreso!
¡Viva la clase obrera!
¡Viva el internacionalismo proletario!
El Comité Central del Partido Popular Socialista de México.
Agosto de 2011.