domingo, 31 de julio de 2011

SEÑOR JUAN MANUEL SANTOS, ¡VÁYASE!

NINGÚN MEXICANO HONESTO PUEDE ACEPTAR QUE PROFANE USTED EL SUELO PATRIO.



Señor Juan Manuel Santos,

Presidente de la República de Colombia:

Usted tiene las manos llenas de sangre, entre muchos otros humanos, de connacionales mexicanos, asesinados en una acción violatoria de la soberanía de un país hermano y del derecho internacional; absolutamente injustificable, además.

Recordemos los hechos: el 1° de marzo de 2008 el gobierno y las fuerzas armadas de Colombia asesinaron, con premeditación, alevosía y ventaja a los jóvenes estudiantes Soren Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado, Verónica Velázquez Ramírez y Juan González del Castillo, mexicanos, junto con otras 21 personas de distintas nacionalidades, en Sucumbíos, territorio de la hermana República de Ecuador.

Usted, señor Santos, era el ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, de triste memoria, y en esa calidad, usted es corresponsable, en el más alto nivel, de esa masacre. Más todavía, usted llegó a ufanarse públicamente de su papel en esa acción criminal.

Por eso, ningún mexicano honesto puede aceptar que usted profane el  suelo patrio. Por eso, el pueblo de México lo repudia. Usted es non grato para la gran mayoría de los mexicanos. Váyase usted, todavía es tiempo; discúlpese ante el gobierno de Calderón, otro individuo desvergonzado, igual que usted; en este caso uno que además de ser incondicional de la potencia del norte, como usted mismo, además ocupa la presidencia de nuestro país gracias a los artilugios de una democracia falsificada y copiada del exterior, y desde luego, contra la voluntad de la gran mayoría de nuestros connacionales.



Finalmente, señor Santos, le diremos que estamos seguros de que ni Uribe Vélez ni usted podrán escapar a la acción de la justicia, sino que habrán de pagar por sus crímenes, no sólo política e histórica, sin penalmente, más temprano que tarde.



Ciudad de México, a 31 de julio de 2011.



Por el Comité Central del Partido Popular Socialista de México,

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Presidente;

José Santos Cervantes, Secretario General.

sábado, 30 de julio de 2011

¡Vivan las huelgas mineras! ¡Viva el SME! ¡Viva el pacto minero-electricista!: PPS de México

AL PUEBLO DE MÉXICO
A LA CLASE TRABAJADORA

El 30 de julio de 2007 estallaron las huelgas mineras de San Martín, Sombrerete, Taxco Gro. y Cananea Son., por incumplimiento de la empresa Industrial Minera México, de Germán Larrea Mota Velasco al Contrato Colectivo suscrito con el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSySRM), en materia de seguridad e higiene.

Incumplimiento que pone en riesgo la vida de los trabajadores mineros, como sucedió en febrero de 2006 en la mina Pasta de Conchos en el estado de Coahuila que causó la muerte de 65 trabajadores, 63 de los cuales permanecen enterrados y a cuyo rescate de los cuerpos se ha negado tanto el gobierno como la empresa, siendo responsables directos de este crimen industrial.
En lugar de dar cumplimiento al contrato colectivo, tanto el gobierno profascista como la empresa, se han coludido para acabar con las huelgas y desataron una embestida contra el SNTMMSySRM y sus dirigentes nacionales y seccionales.
A cuatro años, las tres huelgas se mantienen firmes gracias a la heroica lucha del Sindicato y los trabajadores que han hecho sacrificios de todo tipo para resistir los ataques permanentes, del gobierno y la patronal.
Sin embargo, en las actuales circunstancias, con un gobierno de tipo fascista que se ha puesto al servicio del gran capital extranjero y nacional, esta lucha del SNTMMSySRM representa la defensa no sólo del contrato colectivo, sino de los derechos fundamentales de la clase trabajadora mexicana, como es el derecho de huelga, la contratación colectiva, la jornada de ocho horas, la estabilidad en el empleo, la autonomía y libertad sindical, entre otros.
En ese mismo tenor se encuentra la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que de manera ilegal, violando la Constitución General de la República, la Ley Federal del Trabajo etc., el gobierno federal eliminó la fuente de trabajo de más de 44 mil trabajadores. El SME, también se encuentra en pie de lucha a pesar de las agresiones de todo tipo de que ha sido objeto, representando la lucha de la clase trabajadora mexicana en general.
Por eso, estos dos sindicatos dando ejemplo de unidad en la lucha suscribieron el pasado 17 de febrero de presente año un Gran Pacto Nacional de Unidad Minero-Electricista enarbolando los siguientes principios para la acción:
“Por un sindicalismo de clase
Por un sindicalismo democrático.
Por un sindicalismo autónomo e independiente de patrones y gobiernos.
Por un sindicalismo social que abra sus puertas al pueblo, lo defienda y lo apoye en sus esfuerzos por organizarse.
Por un sindicalismo que no permita la impunidad en los crímenes y asesinatos que las empresas cometen bajo cualquier denominación o pretexto.
Por un sindicalismo que no permita el encarcelamiento de dirigentes sindicales ni las represiones a trabajadores que pretenden organizarse en forma independiente y democrática.
Por un sindicalismo moderno del siglo XXI, que privilegie relaciones obrero-patronales constructivas y generadoras de empleos, basadas estas en la justicia, el respeto y la dignidad.”
Pacto que en estos momentos puede ser la base para llamar a la unidad de la clase trabajadora y el pueblo. Hoy cuando nuevamente en el Congreso de la Unión las fracciones parlamentarias del PRI y el PAN, amenazan convocar a un periodo extraordinario de sesiones en el ya próximo mes de agosto, para aprobar la contrarreforma laboral, es más necesario que nunca que este gran pacto se amplíe a todas las organizaciones, sindicales, sociales, políticas y populares para enfrentar unidos esta embestida, y derrotar nuevamente esta intentona auspiciada por los organismos financieros internacionales al servicio del gran capital monopolista trasnacional.
El mejor respaldo, la solidaridad efectiva para con la lucha de los trabajadores mineros y electricistas para lograr la victoria tanto del SNTMMSySRM y del SME, es conformar un gran frente nacional en rechazo a la contrarreforma laboral, hasta derrotarla definitivamente, es decir, hasta echar del poder a los neoliberales.
Este es el llamado del Partido Popular Socialista de México, a la clase trabajadora y al pueblo de México, para rendir homenaje a cuatro años de las heroicas huelgas, a la lucha de los trabajadores mineros y electricistas, a los trabajadores que han perdido la vida en esta lucha, a los que han sufrido el exilio, la cárcel y la pérdida de su fuente de trabajo.
¡Vivan las huelgas mineras!
¡Viva la lucha de los trabajadores electricistas!
¡Viva el gran pacto de unidad entre el SNTMMSySRM y el SME!
¡Viva la unidad de clase trabajadora y el pueblo!
¡Ni un gobierno neoliberal más!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Venceremos!
República Mexicana, 30 de julio de 2011
Comité Central del Partido Popular Socialista de México

lunes, 25 de julio de 2011

Saludo fraternal al Partido Comunista Sudafricano

Camarada Chris Matlhako
Secretario de Relaciones Internacionales,
Partido Comunista Sudafricano.
Va el saludo caluroso y fraternal del Comité Central del Partido Popular Socialista de México, con motivo del 90o Aniversario de la fundación de vuestro partido.
La lucha histórica del Partido Comunista Sudafricano contral el imperialismo, enemigo común de todos los pueblos del mundo, contra el racismo y por la sociedad superior, sin explotados ni explotadores, la sociedad socialista, ha sido heroica y, sin duda, fructífera.
Hoy, en los inicios del siglo XXI, la decrepitud del sistema capitalista mundial salta a la vista en todas partes, por lo que compartimos con vosotros, camaradas, nuestra certeza de que la victoria definitiva de la clase trabajadora y los pueblos está más cerca que nunca.
¡Viva el Partido Comunista Sudafricano!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Viva la lucha antiimperialista de todos los pueblos del mundo!
¡Viva el socialismo!
Partido Popular Socialista de México,
Cuauhtémoc Amezcua Dromundo,
Presidente.

JAVIER SICILIA, LA REFORMA POLÍTICA Y EL MOVIMIENTO POPULAR

Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Javier Sicilia, el poeta que encabeza el llamado Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, exigió en el Senado que se apruebe la reforma política y enfatizó: "No venimos a pedirles, venimos a exigirles que si tienen que hacer un periodo extraordinario, si tienen que dejar de dormir, si tienen que trabajar horas extra, es su problema", de acuerdo con la nota de EFE, del 20 de julio.

Es importante observar la coincidencia: Felipe Calderón también ha sido insistente en demandar al congreso que desahogue un paquete legislativo y que para ese fin, realice un período extraordinario. Los temas que reclama, son “las reformas política y laboral, así como la Ley de Asociaciones Público-Privadas y la de Seguridad Nacional” (Ver El Universal, 15/07/11), entre otras.

También es coincidente en este aspecto, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, uno de los organismos cupulares representantes del gran capital, que exigió asimismo un periodo extraordinario de sesiones para que los legisladores "aprueben por lo menos las reformas laboral, política, de seguridad y contra el lavado de dinero", de acuerdo con Notimex, en nota fechada el 21 de julio.

Las afinidades entre Calderón y los más poderosos dueños del dinero, son muy conocidas. No en balde su partido, el PAN, nació en una oficina bancaria –del Banco de Londres y México- y desde siempre ha estado al servicio de la crema y nata de la clase social dominante, la burguesía que trabaja unitariamente con el imperialismo. De ahí que en éste y en todos los temas de las agendas política y social, esa clase social y el PAN coincidan de manera plena e invariable.

Pero, ¿Sicilia? No es miembro formal del PAN ni está en el gobierno de Calderón; tampoco es uno de los magnates patronales, y es más, a raíz de los trágicos acontecimientos en que se vio inmerso, los azares de la vida lo vincularon con varios sectores del movimiento popular anticalderonista y antineoliberal, al grado de que un buen número de militantes de este movimiento lo llegaron a considerar un destacado miembro del mismo.

¿Hablará acaso de una reforma electoral distinta, con otra orientación y diverso contenido, en este caso a favor de la clase social desposeída?

No, esta posibilidad se descarta al ver que en los tres casos, la pretendida reforma incluye como esenciales dos aspectos: candidaturas independientes y reelección de los legisladores. ¿Entonces? Entonces me veo en la necesidad de dejar en claro que respeto su opinión, está en su derecho, pero discrepo de ella y la combato, y también ejerzo mi derecho.

Analicemos los dos temas en el contexto de la actual correlación de fuerzas entre las clases sociales, su relación con el Estado mexicano, con el sistema de partidos y con el sistema electoral, porque no tendría sentido abordarlo en abstracto.

México en los albores del siglo XXI es un país con una poderosísima burguesía, cuya cúpula la integran una docena de personajes que se codean con los más ricos del mundo, a pesar de ser un país pobre, tercermundista y carente de desarrollo. La capa de los súper acaudalados, deben su fortuna a las políticas neoliberales de los últimos treinta años, y no representan ni remotamente intereses nacionalistas, sino que están imbricados de manera muy estrecha con el capital financiero y corporativo internacional, estadounidense y europeo; es decir, desde el punto de vista de la nacionalidad, son apátridas, y desde el punto de vista de su capital, son aliados estrechos del imperialismo. Su poderío llegó a niveles que les permitieron tomar en sus manos el control del Estado mexicano durante los cinco sexenios más recientes, poniendo bajo su dirección a los tres poderes de la unión, a los gobiernos estatales y al sistema de partidos.

Los partidos políticos con registro, es decir, los que el mismo sistema político ha seleccionado para que tengan derecho a registrar candidaturas, vistos como instituciones –dejando aparte a sus miembros, entre los cuales hay muchos honestos, gente del pueblo, limpia y combativa- obedecen, todos, a la dupla imperialismo-burguesía, aunque algunos se digan de “izquierda”. Pero cada partido, sin dejar de ponerse a las órdenes del mismo amo, tiene intereses propios, de grupo, que los llevan, por una parte, a pelear entre ellos por quedarse con la mayor parte del pastel del manejo de los dineros públicos, y por otra, a regatear a la burguesía el monto de sus remuneraciones, exigiendo lo más posible. De ahí que la dupla imperialismo-burguesía entreguista, pretenda abaratar sus servicios por la vía de las candidaturas ciudadanas, a mayor competencia, precios menores.

Por otra parte, ampliarían todavía más el abanico de barajas que esconden bajo sus mangas, de manera que si esta reforma se estableciera, en 2012 el gran capital podría tener a su servicio al candidato del PRI y al del PAN –que ya los tiene seguros- probablemente también al del PRD –si éste es un neoliberal asistencialista, como el jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard- y, por si acaso la candidatura del movimiento popular antineoliberal y antiimperialista de Andrés Manuel López Obrador creciera mucho y pusiera en riesgo a sus títeres, contando con la complicidad de las televisoras y el “marketing”, más sus enormes recursos económicos, podrían inflar a un Castañeda o cualquier otro tipo semejante, y preferible si el seleccionado es alguien que pueda dividir a dicho movimiento popular. A esto se debe que la clase social dominante tenga tanto interés en las candidaturas ciudadanas, en el contexto actual.

Ahora, por lo que hace a la reelección de los legisladores. Mi partido la propuso, debo recordarlo, y la defendió con vehemencia, en varias ocasiones. Pero era otro el contexto histórico y era otra la correlación de fuerzas, muy distinta. La vida democrática, incipiente, daba pasos hacia delante; en la cámara de diputados estaban representadas todas las clases sociales, y los gobiernos eran vacilantes, entremezclando medidas positivas con otras francamente reaccionarias. El debate parlamentario se empezó a dar de manera muy vigorosa, como forma concreta de la lucha de clases y como batalla de ideas y confrontación de programas, a partir de los inicios de la década de los sesentas. En esas condiciones, hubiera sido muy útil que los representantes del proletariado que más se destacaran en el parlamento, pudieran repetir un periodo consecutivo más, debatiendo con los de la clase dominante; eso podría haber impulsado el desarrollo democrático, el avance general del país y podría haber servido sobre todo a la clase trabajadora y al pueblo.

Pero no se hizo entonces, y hoy las condiciones son muy distintas. Empezando por el hecho de que hace diecisiete años que la clase trabajadora no tiene un solo representante en el congreso de la unión. Los debates que se dan, desde entonces, son pleitos, a veces muy animados, pero entre cofrades que compiten por posicionarse en el mercado electoral, dado que la política devino en valor de cambio, pero nada más. A la clase trabajadora y al pueblo, en estas condiciones, de nada les serviría que los diputados y senadores se reelijan. Pero sí le serviría a la gran burguesía, porque la clase dominante, que tiene la capacidad para hacerlo, pondría los reflectores de los medios de comunicación sobre dos franjas de los parlamentarios, una, la de sus más fieles servidores, para exaltarlos, inflarlos y mantenerlos en sus puestos de manera infinita, y la otra, la de los que no se plegaran del todo a sus intereses y de alguna manera se “salieran del huacal”, para destruir su prestigio con campañas de lodo, como han pretendido hacer con López Obrador, por ejemplo.

Por eso veo muy mal que Javier Sicilia empuñe la bandera de la reforma política que tanto interesa a la gran burguesía corrupta y entreguista y al imperialismo, así como a su monigote, Felipe Calderón. Me opongo a ese propósito, lo combato y denuncio lo que en verdad significa. Pero más todavía porque, al exigir un período extraordinario, Sicilia contribuye a poner la mesa para que, en el mismo, no sólo se apruebe esa reforma, sino las otras, mucho peores para los intereses de la clase trabajadora y el movimiento popular, la laboral, la Ley de Asociaciones Público-Privadas y la de Seguridad Nacional, que son verdaderamente monstruosas.

Quisiera que Javier Sicilia estuviera de este lado de la trinchera, lamento que esté del lado contrario, junto a los enemigos del pueblo. Quizá el poeta pudiera reflexionar y reconsiderar su posición sobre este asunto, luego de dialogarla con las fuerzas populares, sería una excelente señal.

Ciudad de México, 25 de julio de 2011.

viernes, 22 de julio de 2011

Solidaridad del PPS de México con el camarada Sean Garland.

Ciudad de México, a 21 de julio de 2011.
La dirección política del Partido Popular Socialista de México condena enérgicamente la intentona de la autoridad judicial de Irlanda que, sumisa frente al imperialismo yanqui, pretende dar curso a la exigencia de que el camarada Sean Garland, líder histórico del partido de trabajadores de Irlanda, sea extraditado a Estados Unidos, a partir de acusaciones falsas.
Exigimos el retiro inmediato de todos los cargos infundados. Expresamos nuestra plena solidaridad al camarada Garland y al hermano partido de los trabajadores de Irlanda.
Cuauhtémoc Amezcua Dromundo,
Presidente del Partido Popular Socialista de México.

martes, 19 de julio de 2011

RESOLUCIÓN DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE CUBA Y SU GLORIOSA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO

132 Pleno del Comité Central


En un mundo en que los intereses del mercado prevalecen por encima de la dignidad humana, un proyecto humanista de sociedad como la de Cuba es digno ejemplo para los pueblos latinoamericanos y los de todo el planeta.

Con todas las dificultades económicas derivadas de la geografía y las inclemencias de la naturaleza, pero sobre todo del criminal bloqueo económico y la aplicación de leyes extraterritoriales por parte del imperialismo yanqui, la experiencia de Cuba es la de un pueblo que, por su propio camino y de acuerdo con sus condiciones –sin copia ni calco-, se esfuerza por construir una sociedad socialista, destacando su esfuerzo por distribuir el producto del trabajo con un sentido social y no de explotación de unos humanos por otros; mejorar la calidad de la vida de toda la población; asegurar la soberanía nacional; mantener incólume y en pleno ejercicio el principio de la autodeterminación del propio pueblo cubano, y refrendar de manera ejemplar el compromiso solidario con los pueblos del mundo.

Desde su Independencia formal y tutelada respecto de España en el siglo XX, Cuba ha sido asediada por el imperialismo norteamericano que no ceja en su intento de apoderarse de la Isla como la fruta madura que debe caer a su territorio, pero el triunfo de la Revolución cubana y la afirmación del carácter socialista de su proyecto, echó por tierra sus pretensiones invasoras. Desde entonces Cuba es el primero y el único territorio libre, de América. Pero también desde entonces, la agresión contra Cuba por parte del Gobierno Norteamericano se volvió furiosa, incluyendo invasiones militares, bloqueo económico, actos terroristas, propaganda masiva, financiamiento de mercenarios disfrazados de “oposición” y toda clase de estrategias para devolver a Cuba a la era del dictador Batista.

Con la caída de la Unión Soviética, los imperialistas pensaron que llegaba por fin su ansiada oportunidad de acabar con la Revolución Socialista en Cuba, deponer a su gobierno revolucionario y apoderarse de la Isla, pero la unidad y voluntad ejemplar del pueblo cubano logró, aun con enormes sacrificios, mantener viva su Revolución que es también nuestra, de todos los pueblos que luchamos por nuestra propia liberación, en tanto que se ha constituido en un faro que ilumina nuestro horizonte y deja en claro que ¡sí se puede!

Pero el gran desafío sigue sin tener respuestas vitales: ¿Cómo construir la base económica que permita el desarrollo del sistema socialista, en un país tercermundista, pequeñito y carente en su propio suelo de una enorme de cantidad de recursos que tiene que conseguir del exterior? ¿Cómo obtener esos recursos indispensables, en medio de un mundo en que desapareció el intercambio socialista e impera el capitalismo hostil, cuya expresión más brutal lo es el inhumano bloqueo que le impone el imperialismo yanqui? ¿Cómo llegar al fin al objetivo-punto de partida para el desarrollo del socialismo, que se concreta en la fórmula magistral de Marx, “de cada quien según capacidad, a cada quién según su trabajo, hasta hoy no lograda por anteriores esfuerzos de construcción socialista? ¿Cómo dejar atrás a la brevedad posible, por tanto, el período de limitaciones, y entrar a uno de desenvolvimiento acelerado de las fuerzas productivas, que, manteniendo con fidelidad los principios socialistas y las conquistas sociales, se traduzca en un mayor bienestar para todo el pueblo de Cuba, que se lo merece ampliamente? ¿Cómo consolidar, en fin, la Revolución Socialista e impedir que el valiosísimo esfuerzo de generaciones enteras pudiera revertirse y perderse, como lo alertó Fidel en su famoso discurso de la Universidad, no ya por las acciones del imperialismo, sino por los problemas internos, no resueltos?

Con estas cuestiones de innegable relevancia a la vista, en Cuba se inició hace unos años un proceso de discusión interna en que participaron todos los sectores de la sociedad, sobre qué cambios requieren la economía y la sociedad para preservar el carácter socialista de la Revolución y resolver las contradicciones, desajustes e incongruencias que existen en sectores de la producción, los servicios y la administración pública nacional, y cómo superar la etapa, necesariamente transitoria, de la distribución igualitaria del producto, que no corresponde a la necesidad histórica de desarrollar y consolidar el sistema socialista, que obedece a leyes distintas.

Como resultado de un profundo debate que se llevó a cabo en más de 150 mil asambleas populares, se presentó al Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, el documento denominado “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” con la propuesta de reformas necesarias para actualizar el socialismo, preservando la producción planificada a cargo del Estado y la empresa socialista, y sin caer en absoluto en el juego neoliberal de entregar la economía a la supuesta libertad de mercado, pero reconociendo la necesidad de permitir, por ejemplo, las microempresas que generarán autoempleo y empleo familiar, porque es claro que la teoría del desarrollo del socialismo con rumbo a la sociedad comunista, jamás estableció que el Estado debería hacerse cargo de todos los sectores, incluso de la microempresa.

Al encontrar soluciones discutidas desde las necesidades de los cubanos y no derivadas de la imposición de los modelos trasnacionales de subordinación, la propuesta del pueblo cubano echa por tierra las expectativas del gobierno norteamericano de rendir a la Isla con las dificultades económicas generadas por el bloqueo, la aplicación de leyes extraterritoriales y la desaparición del mercado socialista. De esta manera, Cuba da ejemplo nuevamente de dignidad, demostrando que es posible adoptar alternativas económicas distintas a las neoliberales, las que permitan mejorar el desarrollo con independencia y bienestar de la población sin perder el carácter humanista del proyecto, y demostrando, al mismo tiempo que la suya es una democracia verdadera, o ¿acaso en algún país capitalista del mundo, el que sea, la gran mayoría de la población discute la política macroeconómica, y hace que sus opiniones modifiquen los proyectos previos, como ocurrió en Cuba? Al contrario, se trata de cuestiones que se maneja en la mayor de las reservas, entre los gobiernos al servicio del gran capital, sobre todo el transnacional, y los representantes directos de la burguesía y el imperialismo, donde jamás se consulta al pueblo. Queda muy claro que en Cuba, a diferencia de cualquier país con propiedad privada de los medios de producción y cambio, el que manda es el pueblo y que los gobernantes dirigen, orientan, pero consultan al pueblo y, a fin de cuentas, cumplen con su mandato, pues es el pueblo quien dice la última palabra.

Por el ejemplo de Cuba a la humanidad, por sus aportes y solidaridad incondicional en áreas como la medicina, el deporte, la ciencia y la educación, es necesario reiterar ese abrazo solidario que la sabiduría del pueblo mexicano ha dado desde siempre a Cuba, y de manera especial saludar el proceso de discusión que culminó en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba y que es un paso adelante en la reafirmación del carácter socialista de la revolución.

Por tales motivos, este 132 Pleno del Comité Central del Partido Popular Socialista resuelve:

1. Manifestar nuestra más profunda solidaridad con la Revolución Cubana, saludando con respeto el proceso de discusión interna que culminó en el Sexto Congreso con los lineamientos de la política económica y social del partido y su revolución.

2. Exigir el fin del bloqueo y de la aplicación de leyes extraterritoriales contra Cuba.

3. Reafirmar nuestro compromiso de impulsar en todos los sectores de la sociedad mexicana la más amplia solidaridad con Cuba, difundiendo la verdad de lo que sucede en la Isla para contrarrestar la campaña mediática de desprestigio que los grandes medios masivos de comunicación al servicio del imperio realizan de manera permanente contra Cuba. Hoy más que nunca, “defender a Cuba es defender a México y América Latina”, como lo expresara Vicente Lombardo Toledano.

¡Viva el pueblo cubano!

¡Viva la gloriosa Revolución Socialista!

¡Viva el internacionalismo proletario!

¡Viva Fidel! ¡Viva Raúl!

¡Viva la unidad inquebrantable entre los pueblos de Cuba y México!

Cd. de México, 28 de mayo de 2011.