Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.
Los días 27 y 28 del presente agosto nacerá un nuevo partido político en México. Será un partido obrero y popular, cuyos objetivos serán la liberación nacional y el socialismo.
Aglutinará nutridos destacamentos de los aguerridos trabajadores electricistas, encabezados por sus experimentados dirigentes sindicales actuales, Martín Esparza, Humberto Montes de Oca, Fernando Amezcua, entre los principales, compañeros que han dado una pelea intransigente en defensa de los derechos de sus agremiados frente a una ofensiva implacable –con un despliegue de recursos ilegítimos de todo tipo, violatorios del marco constitucional, represivos en grado de brutalidad, de intensas campañas de desprestigio a través de los medios de comunicación, entre otros- por parte del gobierno y la clase social dominante, supeditados ambos al imperialismo europeo, pero sobre todo al yanqui. Asimismo participarán contingentes numerosos y combativos de trabajadores de la educación, fogueados durante décadas de combate en defensa, tanto de sus derechos laborales, como de la educación pública y gratuita para el pueblo de México. Aglutinará de igual manera a mineros, a campesinos, a contingentes indígenas organizados, y a muchos otros sectores del pueblo.
A su creación han contribuido varias personalidades y organizaciones de la izquierda marxista revolucionaria de diversas tendencias, entre ellas el Partido Popular Socialista de México, que ha visto este proyecto con entusiasmo y le ha dedicado un importante esfuerzo. Se trata, en este aspecto, de un importante intento de avanzar hacia la unidad entre militantes separados por décadas de discrepancias teóricas y prácticas, sobre todo en el campo de la estrategia y la táctica, y simultáneamente avanzar hacia la unidad de éstos con contingentes muy nutridos de trabajadores de la ciudad y del campo, que han destacado y se han curtido en la lucha social, y que hasta ahora no han tenido militancia política en partido alguno, y de todas estas fuerzas con agrupaciones, como el Movimiento de Liberación Nacional, ya de suyo aglutinantes.
No se trata de un partido comunista todavía, como en el PPS de México lo desearíamos; no todos los agrupamientos que concurren están convencidos de compartir esos ideales nuestros, ni se ha avanzado lo suficiente en la unificación ideológica que, como es bien sabido, es un proceso complejo y de lago aliento. Al surgir esta nueva organización política, el PPS de México no se disuelve ni deja de existir, pero entre sus actividades prioritarias ocupará un lugar destacado el impulso al desarrollo cualitativo y cuantitativo de esta nueva organización, amplia y aglutinante, actuando asimismo desde dentro de sus filas y esforzándonos por ir más allá en nuestros afanes unitarios, tan lejos como sea posible.
El nombre provisional del partido que surge es el de Organización Política Nacional de los Trabajadores y el Pueblo; quizá el congreso lo ratifique o lo cambie. En cualquier caso, será una organización que milite en la izquierda revolucionaria y constituirá un instrumento valioso para la lucha por emancipar a México del imperialismo y avanzar hacia la sociedad socialista.
Agosto 17 de 2011.
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