martes, 19 de julio de 2011

RESOLUCIÓN DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE CUBA Y SU GLORIOSA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO

132 Pleno del Comité Central


En un mundo en que los intereses del mercado prevalecen por encima de la dignidad humana, un proyecto humanista de sociedad como la de Cuba es digno ejemplo para los pueblos latinoamericanos y los de todo el planeta.

Con todas las dificultades económicas derivadas de la geografía y las inclemencias de la naturaleza, pero sobre todo del criminal bloqueo económico y la aplicación de leyes extraterritoriales por parte del imperialismo yanqui, la experiencia de Cuba es la de un pueblo que, por su propio camino y de acuerdo con sus condiciones –sin copia ni calco-, se esfuerza por construir una sociedad socialista, destacando su esfuerzo por distribuir el producto del trabajo con un sentido social y no de explotación de unos humanos por otros; mejorar la calidad de la vida de toda la población; asegurar la soberanía nacional; mantener incólume y en pleno ejercicio el principio de la autodeterminación del propio pueblo cubano, y refrendar de manera ejemplar el compromiso solidario con los pueblos del mundo.

Desde su Independencia formal y tutelada respecto de España en el siglo XX, Cuba ha sido asediada por el imperialismo norteamericano que no ceja en su intento de apoderarse de la Isla como la fruta madura que debe caer a su territorio, pero el triunfo de la Revolución cubana y la afirmación del carácter socialista de su proyecto, echó por tierra sus pretensiones invasoras. Desde entonces Cuba es el primero y el único territorio libre, de América. Pero también desde entonces, la agresión contra Cuba por parte del Gobierno Norteamericano se volvió furiosa, incluyendo invasiones militares, bloqueo económico, actos terroristas, propaganda masiva, financiamiento de mercenarios disfrazados de “oposición” y toda clase de estrategias para devolver a Cuba a la era del dictador Batista.

Con la caída de la Unión Soviética, los imperialistas pensaron que llegaba por fin su ansiada oportunidad de acabar con la Revolución Socialista en Cuba, deponer a su gobierno revolucionario y apoderarse de la Isla, pero la unidad y voluntad ejemplar del pueblo cubano logró, aun con enormes sacrificios, mantener viva su Revolución que es también nuestra, de todos los pueblos que luchamos por nuestra propia liberación, en tanto que se ha constituido en un faro que ilumina nuestro horizonte y deja en claro que ¡sí se puede!

Pero el gran desafío sigue sin tener respuestas vitales: ¿Cómo construir la base económica que permita el desarrollo del sistema socialista, en un país tercermundista, pequeñito y carente en su propio suelo de una enorme de cantidad de recursos que tiene que conseguir del exterior? ¿Cómo obtener esos recursos indispensables, en medio de un mundo en que desapareció el intercambio socialista e impera el capitalismo hostil, cuya expresión más brutal lo es el inhumano bloqueo que le impone el imperialismo yanqui? ¿Cómo llegar al fin al objetivo-punto de partida para el desarrollo del socialismo, que se concreta en la fórmula magistral de Marx, “de cada quien según capacidad, a cada quién según su trabajo, hasta hoy no lograda por anteriores esfuerzos de construcción socialista? ¿Cómo dejar atrás a la brevedad posible, por tanto, el período de limitaciones, y entrar a uno de desenvolvimiento acelerado de las fuerzas productivas, que, manteniendo con fidelidad los principios socialistas y las conquistas sociales, se traduzca en un mayor bienestar para todo el pueblo de Cuba, que se lo merece ampliamente? ¿Cómo consolidar, en fin, la Revolución Socialista e impedir que el valiosísimo esfuerzo de generaciones enteras pudiera revertirse y perderse, como lo alertó Fidel en su famoso discurso de la Universidad, no ya por las acciones del imperialismo, sino por los problemas internos, no resueltos?

Con estas cuestiones de innegable relevancia a la vista, en Cuba se inició hace unos años un proceso de discusión interna en que participaron todos los sectores de la sociedad, sobre qué cambios requieren la economía y la sociedad para preservar el carácter socialista de la Revolución y resolver las contradicciones, desajustes e incongruencias que existen en sectores de la producción, los servicios y la administración pública nacional, y cómo superar la etapa, necesariamente transitoria, de la distribución igualitaria del producto, que no corresponde a la necesidad histórica de desarrollar y consolidar el sistema socialista, que obedece a leyes distintas.

Como resultado de un profundo debate que se llevó a cabo en más de 150 mil asambleas populares, se presentó al Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, el documento denominado “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” con la propuesta de reformas necesarias para actualizar el socialismo, preservando la producción planificada a cargo del Estado y la empresa socialista, y sin caer en absoluto en el juego neoliberal de entregar la economía a la supuesta libertad de mercado, pero reconociendo la necesidad de permitir, por ejemplo, las microempresas que generarán autoempleo y empleo familiar, porque es claro que la teoría del desarrollo del socialismo con rumbo a la sociedad comunista, jamás estableció que el Estado debería hacerse cargo de todos los sectores, incluso de la microempresa.

Al encontrar soluciones discutidas desde las necesidades de los cubanos y no derivadas de la imposición de los modelos trasnacionales de subordinación, la propuesta del pueblo cubano echa por tierra las expectativas del gobierno norteamericano de rendir a la Isla con las dificultades económicas generadas por el bloqueo, la aplicación de leyes extraterritoriales y la desaparición del mercado socialista. De esta manera, Cuba da ejemplo nuevamente de dignidad, demostrando que es posible adoptar alternativas económicas distintas a las neoliberales, las que permitan mejorar el desarrollo con independencia y bienestar de la población sin perder el carácter humanista del proyecto, y demostrando, al mismo tiempo que la suya es una democracia verdadera, o ¿acaso en algún país capitalista del mundo, el que sea, la gran mayoría de la población discute la política macroeconómica, y hace que sus opiniones modifiquen los proyectos previos, como ocurrió en Cuba? Al contrario, se trata de cuestiones que se maneja en la mayor de las reservas, entre los gobiernos al servicio del gran capital, sobre todo el transnacional, y los representantes directos de la burguesía y el imperialismo, donde jamás se consulta al pueblo. Queda muy claro que en Cuba, a diferencia de cualquier país con propiedad privada de los medios de producción y cambio, el que manda es el pueblo y que los gobernantes dirigen, orientan, pero consultan al pueblo y, a fin de cuentas, cumplen con su mandato, pues es el pueblo quien dice la última palabra.

Por el ejemplo de Cuba a la humanidad, por sus aportes y solidaridad incondicional en áreas como la medicina, el deporte, la ciencia y la educación, es necesario reiterar ese abrazo solidario que la sabiduría del pueblo mexicano ha dado desde siempre a Cuba, y de manera especial saludar el proceso de discusión que culminó en el Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba y que es un paso adelante en la reafirmación del carácter socialista de la revolución.

Por tales motivos, este 132 Pleno del Comité Central del Partido Popular Socialista resuelve:

1. Manifestar nuestra más profunda solidaridad con la Revolución Cubana, saludando con respeto el proceso de discusión interna que culminó en el Sexto Congreso con los lineamientos de la política económica y social del partido y su revolución.

2. Exigir el fin del bloqueo y de la aplicación de leyes extraterritoriales contra Cuba.

3. Reafirmar nuestro compromiso de impulsar en todos los sectores de la sociedad mexicana la más amplia solidaridad con Cuba, difundiendo la verdad de lo que sucede en la Isla para contrarrestar la campaña mediática de desprestigio que los grandes medios masivos de comunicación al servicio del imperio realizan de manera permanente contra Cuba. Hoy más que nunca, “defender a Cuba es defender a México y América Latina”, como lo expresara Vicente Lombardo Toledano.

¡Viva el pueblo cubano!

¡Viva la gloriosa Revolución Socialista!

¡Viva el internacionalismo proletario!

¡Viva Fidel! ¡Viva Raúl!

¡Viva la unidad inquebrantable entre los pueblos de Cuba y México!

Cd. de México, 28 de mayo de 2011.

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